Ante este nuevo escenario que se nos presenta, el Partido debe hacer un profundo análisis, no sólo de los resultados de estas elecciones, sino también de la deriva que lleva desde hace ya muchos años y en consecuencia trabajar en la construcción de un verdadero proyecto de izquierdas que nos haga recuperar la credibilidad y la confianza de nuestro electorado, que nos lleve a plantear una sólida y potente alternativa a la derecha y a recuperar la hegemonía social e institucional para de la izquierda.
En el momento presente, ante la posible formación de un gobierno por parte del PP, como partido más votado, la posición del PSOE debe de ser inequívocamente en contra, no cabe la abstención ante un partido que ha sido el mayor protagonista del hurto de libertades y derechos de la historia de nuestro país.
Como segunda fuerza política y mayoritaria de la izquierda deberemos liderar e impulsar de forma activa y decidida la oposición a ese posible futuro gobierno de derechas y a los recortes sociales y de todo tipo que pretendan imponer “desde Bruselas”.
En caso de no llegarse por parte del PP a formar gobierno, deberíamos valorar la posibilidad de conformar una alternativa en base a una mayoría de izquierdas y a nuestro programa electoral.
En el ámbito orgánico, hay que afrontar, de una vez por todas, de forma participativa, transparente y democrática, una verdadera y sincera renovación del Partido con la convocatoria de un Congreso Federal y la participación de la militancia, en base a nuestros principios y adaptándose a las nuevas realidades y demandas de una sociedad cada vez más compleja.
Hay que empezar a contemplar conceptos como la integración en nuestros procesos de democracia interna, que den margen de participación a los que dan un paso adelante para liderar el partido, evitando crear oligarquías de poder y oposición cerradas que nos lastran en luchas internas y puedan interferir en las decisiones políticas importantes.
Las fuerzas emergentes de izquierda no han conseguido superarnos en esta ocasión, pero ello no ha de ser óbice para que perdamos de vista el hecho de que existen razonables demandas del electorado insatisfechas con nuestras políticas que nos están haciendo perder apoyos, especialmente entre los jóvenes que nos identifican con la “vieja política”.
El Partido no puede seguir desconectado de una parte muy importante de la sociedad y de las nuevas maneras de entender la política, sino, al contrario, debe de ser un amplio cauce de participación política y de representación de las clases trabajadoras y de los sectores progresistas de la sociedad.
Por eso desde Izquierda Socialista queremos que como militantes centremos nuestro trabajo en la construcción de una nueva alternativa de izquierdas, más cerca de la nueva realidad social y de los jóvenes, las mujeres, los niños, los mayores, en definitiva de las personas.
Dejemos de buscar culpables, que sin duda los hay, fuera de nuestra organización y pongámonos a trabajar de forma cohesionada y eficaz para frenar esta deriva.
Izquierda Socialista se compromete a seguir trabajando y a tomar parte muy activa en la elaboración de ese proyecto de izquierdas, renovado, innovador y participativo.
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